Sevilla, 20/V/2020
En plena desescalada, donde cada segundo es necesario para ganar terreno al coronavirus 19, he recordado unas palabras preciosas de Juan Ramón Jiménez, poeta que tanto admiro, a modo de introducción a su querido diario (1), recogidas del sánscrito -¡ay, la influencia de Zenobia!-, porque resumen perfectamente el cuidado extremo que debemos observar con nuestras responsabilidades individuales y colectivas en estos tiempos difíciles:
¡Cuida bien de este día! Este día es la vida, la esencia misma de la vida. En su leve transcurso se encierran todas las realidades y todas las variedades de tu existencia: el goce de crecer, la gloria de la acción y el esplendor de la hermosura.
El día de ayer no es sino sueño y el de mañana es sólo una visión. Pero un hoy bien empleado hace de cada ayer un sueño de felicidad y de cada mañana una visión de esperanza. ¡Cuida bien, pues, este día!
Es difícil encontrar un prontuario de cómo actuar de forma responsable en tiempos de coronavirus, pero estas palabras de Juan Ramón Jiménez descubren todos los ámbitos de la vida de cada persona que ahora, más que nunca, deberíamos tener en cuenta mediante actos responsables, personales e intransferibles. Cada día encierra todas las realidades y todas las variedades de la existencia, proyectadas en tres situaciones que nos llenan de esperanza en momentos que necesitamos reforzar ilusiones y oportunidades para seguir adelante: crecer caminando siempre hacia adelante, actuar siempre de forma saludable que ennoblezca cada acto humano y descubrir la belleza de la hermosura de todo aquello que se hace bien respondiendo a la ética personal y colectiva, atendiendo al suelo firme (la solería de nuestra vida) que justifica todos los actos humanos.
Este principio de realidad freudiano nos permite a su vez reflexionar sobre lo que ha ocurrido hasta ayer con esta pandemia, algo más que un mal sueño, mientras que no se sabe cómo será el mañana. Juan Ramón Jiménez aborda esta dialéctica con una recomendación muy sabia: si hoy hacemos bien las cosas encomendadas en este plan de salida escalonado del estado de alarma, puede convertirse el tiempo transcurrido hasta ayer en un sueño y cada mañana en una visión de esperanza. Esa es la razón y no otra, de cuidar bien de hoy, de este día mío, que es también tuyo, de los demás. De todos.
(1) Jiménez, Juan Ramón, Diario de un poeta recién casado (1916-1917), 2011. Madrid: Visor Libros.
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja para ninguna empresa u organización religiosa, política, gubernamental o no gubernamental, que pueda beneficiarse de este artículo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de jubilado.
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