Sevilla, 24/V/2020
Quiero decirlo alto y claro: ¡Estoy contigo, todo saldrá bien y no quiero que te sientas sola! No es solo una exclamación publicitaria sino un deseo personal y colectivo de las personas que pertenecemos al Club Virtual de Personas Dignas, al conocer que desde el inicio del confinamiento, se han recibido ya 19.000 peticiones de ayuda a los servicios de atención a mujeres víctimas de violencia de género.
En este sentido, el Ministerio de igualdad ha elaborado un plan de contingencia contra la violencia de género ante la crisis derivada del covid-19, dado que “en sus múltiples manifestaciones es una grave vulneración de derechos humanos que se ejerce en cualquier contexto político y social, como parte estructural de la discriminación histórica hacia las mujeres. La Organización Mundial de la Salud reconoce además (28 de marzo de 2020) que la violencia hacia las mujeres es el mayor problema de salud pública global, acentuándose su prevalencia en tiempos de emergencia, incluyendo cuando se producen graves epidemias”. Debería hacernos reflexionar esta última frase: la violencia hacia las mujeres es el mayor problema de salud pública global. Por extensión, también la que probablemente están sufriendo sus hijos.
Invito a conocer con detalle el resumen ejecutivo publicado por el Ministerio, citado anteriormente, en el que se pueden conocer con detalle y de forma directa las dos fases que contempla:
1ª fase: Se adoptan medidas focalizadas en reforzar las actuaciones que ya se desarrollan de manera normalizada en el ámbito de la violencia de género en el entorno de la pareja y expareja, así como en relación a otras formas de violencia machista, como la violencia sexual, declarando servicio esencial todos los servicios de violencia contra las mujeres (incluidos los servicios de trata y explotación sexual). En esta fase se han desarrollado además otras nuevas medidas adaptadas a la dificultad añadida que supone para las mujeres víctimas de violencia de género la situación de confinamiento.
2ª fase: Se adoptan también medidas adicionales que amplían la primera fase, mediante un Plan de Acción Urgente para víctimas de trata, explotación sexual y para mujeres en contexto de prostitución.
Me ha llamado la atención una medida específica en el entorno de la pareja o expareja y en relación a otras violencias de género, como la violencia sexual, a través de la publicación de una “Guía de actuación para mujeres que estén sufriendo violencia de género en situación de permanencia domiciliaria derivada del estado de alarma por COVID-19”, porque junto a otras medidas que ya se venían atendiendo, ésta se centra específicamente en el tiempo que dure el estado de alarma. El mensaje introductorio es una declaración de principios que no deberíamos olvidar en esta actuación solidaria y responsable contra esta violencia en tiempos de confinamiento: “La violencia de género no es un problema privado, es una violación de derechos humanos que incumbe a toda la sociedad, especialmente a los poderes públicos. Por eso, en esta situación de estado de alarma, con las dificultades que añade el aislamiento en los hogares y el cierre de muchos servicios, desde el Ministerio de Igualdad queremos informar a todas las mujeres que puedan estar viviendo estas situaciones de violencia de las acciones de prevención y respuesta frente a la violencia de género que siguen en marcha, especialmente si se trata de situaciones de emergencia”.
Queda mucho por hacer y cada uno, cada una, en la medida de sus posibilidades debemos actuar con los medios que tenemos, propagando sobre todo la información objetiva y veraz como mejor contribución para salir adelante en este espacio de vida irrespirable que en el que se convierte el hogar de mujeres que sufren violencia de género. Diecinueve mil peticiones de ayuda durante el tiempo transcurrido en el estado de alarma, debería hacernos reflexionar sobre qué podemos hacer cada uno por separado y todos juntos también, para ayudar a erradicar esta lacra social que tanto nos debería conmover para estar cerca de estas mujeres que nunca se deberían sentir solas. Menos, en el tiempo actual de confinamiento forzado.
La mejor forma de colaborar también con este plan es emitir juicios bien informados. Es el sentido de este post y su contenido con referencias oficiales específicas, en el que lo que llamo responsabilidad social se debe traducir en respuestas sociales, como resultado de la dialéctica continua que debemos mantener entre el conocimiento de lo que está pasando realmente en este ámbito triste de la sociedad y la libertad para llevarlas a cabo. Esa es la cuestión.
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja para ninguna empresa u organización religiosa, política, gubernamental o no gubernamental, que pueda beneficiarse de este artículo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de jubilado.
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