Sevilla, 14/IX/2020
Esta semana nos brinda la Fundación Juan March una oportunidad fantástica para conocer a Salvador Bacarisse (1898-1963), compositor español que tuvo que marchar al exilio como consecuencia de la guerra civil, al que tanto admiro y al que profeso un gran respeto cada vez que me aproximo al teclado de mi piano o del clave para interpretar su maravillosa Romanza, el segundo movimiento del Concertino en La mayor, sobre el que ya he comentado mi parecer sentido en este cuaderno digital. En esta ocasión podemos escuchar dos obras preciosas de Bacarisse, accediendo al contenido del vídeo que encabeza estas palabras: “La claridad de su escritura, intensificada durante el exilio por su deseo de establecer una comunicación fluida con la audiencia, se hace patente en su Concerto pour le jour de l’an (1954) y en la breve pieza Chant de l’oiseau que n’existe pas (1963):
00:00 Chant de l’oiseau que n’existe pas, Op. 131
03:48 Concerto pour le jour de l’an, para arpa y vientos Op. 92 (estreno en España)
Ambas obras sintetizan una forma de componer con la delicadeza que acompaña a sus títulos programáticos, porque La canción del pájaro que no existe es una forma de expresar la belleza pasajera en la vida a través de dos flautas que intercambian un canto imaginario. En relación con la segunda, un Concierto para el Año Nuevo, se me antoja como una posible forma de interpretar y aprehender la “nueva normalidad”. Al menos así lo he sentido en cada compás y fraseo de sus tres movimientos, que se pudo escuchar por primera vez en España en esta interpretación, en la sede la Fundación, el 8 de noviembre de 2017, formando parte de un ciclo dedicado a Bacarisse y el exilio, del que se puede disfrutar de su contenido completo en la citada Fundación: “En este enlace puedes bucear en el legado de Bacarisse, que incluye 290 partituras originales y 164 grabaciones. En noviembre de 2017 programamos este ciclo dedicado a su obra y a la de otros músicos del exilio. En este enlace puedes volver a escuchar esos conciertos, que incluyen estas canciones populares interpretadas por Sonia de Munck y Aurelio Viribay”.
En estos momentos tan difíciles en los que vivimos el asedio de información preocupante sobre la pandemia, viene bien este remanso de paz que nos ofrece Bacarisse en su obra, desgraciadamente muy desconocida en nuestro país, atendiendo el fondo y forma de las palabras que he escrito sobre este compositor, centradas en la Romanza citada: “Cada vez que me aproximo a esta partitura busco comprender mejor qué quiso transmitir el autor en ella. Hace años dediqué unas palabras especiales a Ataúlfo Argenta, gran amigo de Bacarisse y creo que me acerqué a su verdadero sentido: “Buscando esta verdad de Ataúlfo Argenta, he seguido de cerca a Fernando Argenta [Clásicos Populares] en mi vida nómada, escuchándolo siempre con enorme respeto en la radio del coche, en viajes siempre hacia alguna parte. El mismo que él tenía hacia su padre cuando nos presentaba el Concertino para guitarra y orquesta en La menor, de Salvador Bacarisse (sobre todo su Romanza), nada apreciado por el Régimen franquista por su deriva republicana y que dirigió en un concierto memorable en París el día de su estreno [15-X-1953, París (Théatre des Champs-Élysées), interpretado por Narciso Yepes (guitarra) y L’Orchestre National, en un concierto publico organizado por la Radio Televisión Francesa)], del que guardo un recuerdo entrañable en mi memoria de hipocampo, de secreto”.
Siempre que puedo y además quiero, ofrezco mi pequeño homenaje a Salvador Bacarisse, un músico de alma republicana que tuvo que abandonar este país y morir en el exilio. Cruzar unos correos con su hijo, hace muy poco tiempo, pidiéndole autorización para que la Fundación Juan March, depositaria actual de su legado, pudiera entregarme una copia de la partitura de su famoso Concertino en La menor, donde figura en su segundo movimiento la maravillosa Romanza que tanto me emociona escuchar e interpretar modestamente al clave o piano, me proporcionó un sentimiento de agradecimiento a su memoria que no olvido. Hoy tampoco y creo que quien lea estas líneas comprenderá el sentido profundo de este pequeño homenaje a la memoria histórica de un compositor extraordinario, de cuyo nombre quiero acordarme hoy expresamente: Salvador Bacarisse. Gracias, Maestro.
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.