Sevilla, 16/IX/2020
¿Cómo debe ser situarse en el interior de un violín y escuchar desde ahí su sonido? “Symphony” trata de dar respuesta a estas fantasías acústicas y sensitivas. Esta pregunta, junto a su respuesta, resume en pocas palabras el alcance de un proyecto digital soberbio, Symphony, que va a permitirnos viajar al interior de una orquesta, de todos sus instrumentos, de su dirección: “Symphony es una experiencia inmersiva audiovisual que ofrece un viaje a través de las emociones y la música con el objetivo de acercar la música clásica a todos los públicos. El espectador podrá vivir y entender la música clásica sintiéndose como un músico más dentro de una orquesta. A través de esta experiencia única, disfrutará de las composiciones de Beethoven, Mahler y Bernstein, de la mano del gran director de orquesta Gustavo Dudamel y de los más de 100 músicos integrantes de la prestigiosa Mahler Chamber Orchestra”.

Ayer se presentó el proyecto por parte de la Fundación La Caixa junto al director venezolano Gustavo Dudamel, una experiencia digital al servicio de la divulgación de la música clásica: “[…] un maravilloso experimento tecnológico, el cual va a ser conectar el arte con el alma del pueblo, el alma de la ciudad, el alma de las ciudades, el alma de un país, el alma del mundo”, en palabras de Dudamel. El director y guionista del proyecto, Igor Cortadellas habla con ilusión desbordante de cómo ha sido la experiencia de crear los equipos necesarios para abordar un proyecto de estas características, “creando alianzas, complicidades, compartiendo la ilusión de hacer crecer este proyecto, pero que al final tiene la fragilidad y la delicadeza de una pequeña caja de música”.
Admiro la carrera artística de Dudamel ese hace ya muchos años y creo en su palabra de músico que respeta el acceso colectivo a la cultura: “Cuando nos sentamos con mis amigos en la Fundación ”la Caixa” para soñar sobre qué queríamos conseguir con este proyecto, vimos muy claro desde el principio que compartíamos tres creencias principales: que la música puede transcender nuestras diferencias, propiciar el empoderamiento individual y promover la integración social”, afirma Dudamel. “Este proyecto es una encarnación perfecta de aquellos valores compartidos, una exposición móvil que ofrecerá a decenas de miles de personas acceso a la música sinfónica y, espero, suscitará una mayor apreciación de esta forma de arte. También deseo que enriquezca e inspire las personas que estuvieron implicadas en la preparación e interpretación de esta maravillosa, y un poco alocada, producción” (1).
Gustavo Dudamel piensa siempre en el alma humana. Recuerdo ahora una frase suya sobre la “perfección imperfecta” que pronunció unos días antes de dirigir el Concierto de Año Nuevo, en Viena, el 1 de enero de 2017, después de un ensayo de la Suite Escita, opus 20, de Serguéi Prokófiev, con la Filarmónica de Los Ángeles: “No se trata solamente del performance perfecto. Les estaba diciendo que quería una perfección imperfecta. El riesgo, aquel punto donde tú miras y da vértigo, donde tienes el control de todo y al mismo tiempo, no lo tienes. E inspirar a los demás. Porque, fíjate, tú técnicamente puedes conocerlo todo, pero si no inspiras al grupo no vas a hacer nada especial. Nadie quiere escuchar algo completamente limpio, perfecto, pero que no tenga ningún tipo de alma”. Y el proyecto Symphony la tiene, porque piensa en el pueblo, las ciudades, viajando como en este caso al interior del alma del violín, de una orquesta. Es un momento en el que será posible acercarse, por ejemplo, a ese alma real, quizás la pieza más importante de su estructura, sabiendo que ha sido colocada allí por las manos de un lutier utilizando una herramienta sorprendente, el «medidor de almas». Apasionante, porque Symphony nos brindará la oportunidad de medir las nuestras.
NOTA: la imagen de Gustavo Dudamel con las gafas de realidad virtual de Symphony en la mano, es un fotograma extraído del Making of que acompaña a este texto.
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.
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