
Hay hombres y [mujeres] que luchan un día y son buenos, otros [y otras] luchan un año y son mejores, hay quienes luchan muchos años y son muy buenos, pero están los [hombres y mujeres] que luchan toda la vida, y esos son los imprescindibles
Adaptado de un texto de Bertolt Brecht en Elogio a los combatientes
Sevilla, 10/VIII/2021
No necesitan muchos comentarios estas palabras de Brecht. Quizá, solo cambiaría la palabra hombres por personas. En estos momentos de desconcierto existencial necesitamos personas buenas y mejores que ponen su inteligencia al servicio de los demás, cada una donde es, está, trabaja y vive, luchando contra la pobreza severa, la migración que desgarra personas y familias, la mediocridad, la tristeza y la tibieza, denunciando los silencios cómplices y rompiendo moldes a diario. Y debemos admirar y cuidar, sobre todo, a las personas que a través de su compromiso activo al servicio del interés general, se convierten en imprescindibles. Ese debería ser el compromiso en estos duros momentos de la pandemia, devolver visibilidad plena a las personas que nos quieren y respetan de verdad, las que se preocupan de que no falte el sustento diario para el cuerpo y el alma en nuestras vidas.
Llevo días queriendo conocer más a fondo a Yiboula Emmanuel Bazie, nacido en Burkina Faso hace 39 años y en la actualidad brigadista forestal en Lubia (65 h.), localidad perteneciente a la provincia de Soria y con residencia en Quintana Redonda (Soria), población con algo más de 500 habitantes. La razón se justifica de forma sobrada en un país muy dado a no reconocer, como merecen, a personas imprescindibles, porque Yiboula Enmanuel ha sido nombrado Embajador Mundial de Paz de la ONU por la sede de Mauritania. Sé que rivalizar ahora con la noticia del “drama” de la marcha de Messi del Barcelona C.F. no es comparable en audiencia e impacto mediático, pero este país debería tomar nota y apuntarse también a recibir este tipo de noticias, como la de Yiboula Enmanuel Bazie, porque tiene muchos mensajes íntimos y explícitos que necesitamos asumir y reconocer como imprescindibles.
Él ha manifestado que su mejor pacto con la vida es ayudar a los demás, sobre todo a los que menos tienen y con una especial dedicación a la integración digna de los emigrantes, algo que conoce bien desde que llegó a España en 2004, abandonando su querido país por la guerra con Costa de Marfil, así como sus estudios de filología francesa y africana que le habían permitido hablar hasta en seis lenguas. En la actualidad compagina su trabajo como concejal sin remuneración en la pequeña localidad soriana de Tajahuerce, de tan sólo 26 habitantes, con la de brigadista forestal, habiendo asistido también a un curso a distancia sobre Política Pública de Cooperación y Acción Internacional de Gobiernos Locales, en la Universidad Internacional de Andalucía, lo que le ha permitido descubrir que la gente tiene necesidades muy diferentes y todas importantes.
Su trabajo diario está jalonado de tareas humanitarias con emigrantes en pueblos cercanos a los que lleva comida del Banco de Alimentos, así como su palabra y compañía, que no es poco. El nombramiento es un hecho que se debería resaltar en nuestro país por contar con un embajador en la España vaciada: “Bazie sigue sorprendido al hablar de cómo su trabajo solidario, que comenzó en África y continuó en los pequeños pueblos de Soria, ha llegado a la ONU, que lo ha nombrado embajador mundial por la paz. La organización internacional, reconoce felizmente, ha estado siguiendo sus acciones con los colectivos de Burkina Faso durante 15 años y ha seguido observando con interés su buena fe para construir puentes entre continentes. El premio también fue recibido por Josu Gómez, asesor del expresidente estadounidense Barack Obama, y Houria Sehili Maziz, presidenta y fundadora de la Casa de Argelia en España. Entre los tres han fundado el Foro Euro-Africano, un sistema con el que aspiran a seguir creando lazos entre los dos continentes” (1).
Creo que había que traer a las páginas de este cuaderno digital la historia de Yiboula Enmanuel, así como la de los dos compañeros que han recibido la distinción de la ONU, porque son personas, a modo de islas desconocidas, que según Bertolt Brecht son verdaderamente imprescindibles. En el caso de mi paisano, Josu Gómez, porque se cumple un deseo, convertido ahora en realidad, expresado maravillosamente por Luis Cernuda en un poema que nunca olvido y que reflejaba su sentimiento sobre sus paisanos sevillanos desde el exilio: Más el trabajo humano / Con amor hecho, merece la atención de los otros (en La desolación de la quimera). Es la razón íntima y confesable de darles visibilidad hoy, para que no los olvidemos y aprendamos de sus ejemplos en favor de la paz y la solidaridad humana.
NOTA: la imagen de la cabecera es una fotocomposición personal en la que figura una fotografía de Yiboula Emmanuel Bazie, recuperada hoy de Un brigadista de Lubia, embajador Mundial de la Paz (elmundo.es) y una reproducción del nombramiento como embajador mundial de la paz por la oficina de la ONU en Mauritania, junto a Josu Gómez, asesor del expresidente estadounidense Barack Obama, y Houria Sehili Maziz, presidenta y fundadora de la Casa de Argelia en España, recuperada también hoy de NACIONAL / El Sevillano Josu Gómez es nombrado Embajador Mundial de la Paz por la Organización de Naciones Unidas – murcia.com
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.
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