
Sevilla, 28/VII/2022
Llevo escuchando y viendo determinados mensajes publicitarios en las últimas semanas, no inocentes, junto a imágenes muy cuidadas desde la perspectiva subliminal, que deseo compartir en una reflexión sobre las fronteras actuales de la ética de la comunicación social. He elegido tres muestras de anuncios y una última de cierre. Leer estos guiones y visualizarlos junto a las imágenes que las acompañan, cuestión imprescindible para entender mi mensaje hoy, pueden ayudarnos a comprender que algo no funciona en este país de bares, que no de librerías.
Si vas a darle una vuelta a todo, decide tú la dirección.
Responde con total libertad, ¿dónde te ves en cinco años?, ¿crees en el amor para toda la vida? La pandemia te ha hecho más distante, ¿superhéroe favorito?, ¿cuáles son tus puntos fuertes?, ¿y los débiles?, ¿qué es para ti el éxito?, ¿qué es el arte?, ¿dónde irías si pudieras volar? Defínete en una frase, ¿cómo definirías el color dorado?, ¿estás pensando en dar un giro a tu vida? Si vas a darle a una vuelta a todo, decide tú la dirección. Si fueras un animal, ¿cuál serías? (todo ello acompañado por la canción “Territory“, interpretada por The Blaze).
Mensaje a…: Necesito que me escuches, necesito unas vacaciones, no necesito irme muy lejos de aquí, lo que necesito es irme muy lejos de ti, no necesito tu pesimismo, ni tus dudas, ni tus miedos. Han sido dos años muy duros y ahora necesito tu lado bueno. Ahora necesito estar con la gente que quiero, que me ayude a creer en mí; ahora necesito y comer cosas buenas que me hagan feliz. Inspírame a probar cosas nuevas, necesito un cambio, deja de decirme que vendrán tiempos mejores (suena de fondo una canción, Aquí, ahora y así…, escrita por Rigoberta Bendini e interpretada por Santi Balmes). El tiempo que nos ha tocado vivir es mi vida y ahora sé cómo quiero vivirla (cierra este guion una frase en off: enviar este mensaje a mí mismo).
Hoy ha sido un día duro y he estado trabajando como un perro. Hoy ha sido un día duro, debería estar durmiendo como un tronco. Pero cuando llego a casa veo que las cosas que haces harán que me sienta bien. Sabes que trabajo todo el día para ganar dinero con el que comprarte cosas. Y merece la pena sólo por oírte decir que vas a dármelo todo. Es por eso que me encanta llegar a casa, porque cuando te pillo a solas sabes que me siento bien. Cuando estoy en casa todo parece estar bien, cuando estoy en casa sintiendo que me abrazas fuerte. Hoy ha sido un día duro y he estado trabajando como un perro. Hoy ha sido un día duro, debería estar durmiendo como un tronco. Pero cuando llego a casa junto a ti veo que las cosas que haces harán que me sienta bien.
Tengo que declarar ya que estos mensajes los he escogido de tres campañas de compañías cerveceras en este verano: El Águila, Estrella Damm y Estrella Galicia, aunque hay más donde escoger en un despliegue mediático sin precedentes, donde beber es algo bueno, que nos ayuda a alcanzar metas. Inquietantes campañas, inquietantes textos, inquietantes imágenes, que resumen bien lo que la última empresa quiso explicar previamente a sus clientes, según afirmó antes de la campaña Santiago Miguélez, director de Marketing Iberia de Hijos de Rivera, con motivo del lanzamiento de la acción Que hable la cerveza: “Hemos querido que nuestro mensaje llegue primero a nuestros consumidores habituales, a quienes piden una Estrella Galicia en su bar de siempre. Es nuestra forma de mostrarles todo lo que hemos aprendido de ellos: que por muy difíciles que se pongan las cosas, nunca hay que bajar los brazos”. Sobran palabras: ha hablado la cerveza.
Decía al principio que había elegido cuatro muestras. La cuarta es para cerrar esta reflexión de verano, porque ante lo expuesto con técnicas subliminales y directas en muchos casos, no olvidando especialmente el mensaje “que hable la cerveza”, me quedo muy pre-ocupado (con guion) con tanto consumo de alcohol y con el señuelo de los protagonistas de los anuncios que he desarrollado al comienzo de estas líneas: Si vas a darle una vuelta a todo, decide tú la dirección, Aquí, ahora y así y Prohibido bajar los brazos. Me refiero a la campaña de Vodafone, Non ti preoccupare, “no te preocupes” en italiano, que viene a decir que no hay que preocuparse por nada, porque con ellos todo es más fácil y todo está resuelto no sólo en el mundo de la comunicación. La canción de fondo, Arriva, arrriva, de Filipo María Armeni (Z100), un auténtico éxito de los 90, hilo conductor del anuncio, lo deja bien claro: Llega, llega, lo que tiene que llegar, no te preocupes, no te preocupes // Lo que se supone que tiene que llegar, no llega. Preocúpate entonces, preocúpate.
Obviando la cerveza, que personalmente no quiero que me hable, quiero seguir pre-ocupado (con guion), es decir, ocupado con carácter preferente en seguir luchando por un mundo diferente, transformando día a día aquello que no me gusta, las pequeñas cosas, sabiendo que lo que tiene que llegar, que siempre deseo que sea lo mejor para todos, debe ser un motivo de pre-ocupación a la hora de tomar decisiones bien informadas, en el aquí y ahora de cada uno y sin bajar los brazos ni siquiera un momento. Lo mismo que dicen los anuncios, pero sin gota alguna de alcohol, en un ejemplo claro de ética 0/0. Eso sí, pre-ocupado con el ocaso de la democracia en este país, sumido en una borrachera de ideologías y creencias cada día más evidente.
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.
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