Cuaderno de campaña / 15. Aunemos voluntades hasta que la dignidad humana se haga costumbre

Sevilla, 20/VII/2023

Utilizo en este cuaderno digital la ´escritura circular´, al volver una y mil veces a mis principios éticos y literarios, por una razón de la razón y del corazón muy clara: no tengo otros. Esta es la explicación, que debo a quien me lee, de por qué vuelvo a referirme a palabras ya escritas recientemente sobre la dignidad humana, que también es política en el sentido primigenio del término. En esta ocasión, quedan tres días en la cuenta atrás de la decisión más importante de la democracia, elegir el próximo 23 de julio el destino político del país a través del Gobierno que gane en las urnas y no hay tiempo que perder. Como las ideologías no son inocentes, tengo que manifestar, una vez más, que crecí muy cerca de cantores, no cantantes, de este país y de Latinoamérica (´cantante´ es el que puede cantar,  mientras que ´cantor´ es el que debe cantar, según Facundo Cabral) y, sobre todo, de un grupo inolvidable, Quilapayún, junto a uno de sus fundadores, Víctor Jara. En 2020, en plena pandemia, volví a escuchar de nuevo una versión profundamente actual, de lo que la sociedad chilena de izquierdas canta todavía hoy, con más fuerza que nunca, con la música y letra de fondo de Quilapayún en su memorable Cantata Popular de Santa María de Iquique, que tantas veces he citado en este cuaderno digital. Me refiero a un vídeo que Chile lanzó ese año al mundo solidario de los que tenemos ilusiones todavía por transformarlo, porque se puede hacer recordando la letra de esta cantata tan sobrecogedora, de la que siempre he destacado una frase que llevo grabada en mi corazón: con el amor y el sufrimiento se fueron aunando las voluntades, perteneciente al Relato II de la Cantata, que emociona más cuando inmediatamente después escuchamos la preciosa canción “Vamos mujer”. Inolvidable.

Se había acumulado mucho daño,
mucha pobreza, muchas injusticias;
ya no podían más y las palabras
tuvieron que pedir lo que debían.

A fines de mil novecientos siete
se gestaba la huelga en San Lorenzo
y al mismo tiempo todos escuchaban
un grito que volaba en el desierto.

De una a otra Oficina, como ráfagas,
se oían las protestas del obrero.
De una a otra Oficina, los Señores,
el rostro indiferente o el desprecio.

Qué les puede importar la rebeldía
de los desposeídos, de los parias.
Ya pronto volverán arrepentidos,
el hambre los traerá, cabeza gacha.

¿Qué hacer entonces, qué, si nadie escucha?
Hermano con hermano preguntaban.
Es justo lo pedido y es tan poco
¿tendremos que perder las esperanzas?

Así, con el amor y el sufrimiento
se fueron aunando voluntades,

en un solo lugar comprenderían,
había que bajar al puerto grande.

Recibí en esa ocasión el vídeo que encabeza estas palabras, elaborado  por los hermanos Ibarra Roa y creo que resume muy bien el compromiso de mi recuerdo activo sobre la unidad popular democrática y el estado de vigilancia para cuidar la democracia en cada momento, situación que en este país es de una actualidad plena ante las próximas elecciones generales. En 2014 crearon, en Santiago de Chile, el proyecto Coro y Danza Ciudadana, que expongo respetando el texto original de su declaración de intenciones: “El CANTO NO BASTARÁ” es el nombre que da vida a este inédito video épico, donde el Coro y Danza Ciudadana junto al emblemático grupo Quilapayún, se unen para conmemorar los 50 años del triunfo de la Unidad Popular. A través del arte, traemos al presente un registro histórico musical, que da cuenta de la vigencia y la importancia de la lucha social contra la injusticia;  que nos invita a la unidad y a ser capaces de generar una sola fuerza para alcanzar la victoria y la tan anhelada dignidad. Luchamos por nosotrxs y por todxs nuestrxs compañerxs. Es hora de agruparnos y levantar las voces de aquellxs que realmente quieren un Chile mejor; aquellxs que escuchan al Pueblo y avanzan junto al Pueblo. Agradecemos a lxs artistas del Coro y Danza Ciudadana por su rigor y su empuje, y por supuesto, a Quilapayún por esta maravillosa alianza creativa. También a nuestro equipo de edición y producción, por el enorme trabajo realizado. PRONTO NOS VOLVEREMOS A ENCONTRAR!! HASTA QUE LA DIGNIDAD SE HAGA COSTUMBRE!!”.

La letra de la canción de despedida de la Cantata, en la versión auténtica de Luis Advis, su creador, no la he olvidado en su fondo y forma. Escucharla de nuevo y, si es posible, en el contexto global de todo el relato, es el mejor homenaje que podemos hacer hoy a todas y cada una de las personas que luchan en cualquier lugar del mundo por la libertad, la paz, la fraternidad y por la dignidad humana en todas las manifestaciones posibles «hasta que se haga costumbre». También, en nuestro país, porque no la olvido.

Ustedes que ya escucharon
la historia que se contó
no sigan allí sentados
pensando que ya pasó.
No basta sólo el recuerdo,
el canto no bastará.
No basta sólo el lamento,
miremos la realidad.

Quizás mañana o pasado
o bien, en un tiempo más,
la historia que han escuchado
de nuevo sucederá.
Es Chile un país tan largo,
mil cosas pueden pasar
si es que no nos preparamos
resueltos para luchar.
Tenemos razones puras,
tenemos por qué pelear.
Tenemos las manos duras,
tenemos con qué ganar.

Unámonos como hermanos
que nadie nos vencerá.
Si quieren esclavizarnos,
jamás lo podrán lograr.
La tierra será de todos
también será nuestro el mar.
Justicia habrá para todos
y habrá también libertad.
Luchemos por los derechos
que todos deben tener.
Luchemos por lo que es nuestro,
de nadie más ha de ser.

Así la deberíamos seguir recordando, ahora más que nunca, a la hora de depositar el voto el próximo domingo, 23 de julio, luchando la izquierda, unidos, HASTA QUE LA DIGNIDAD SE HAGA COSTUMBRE en nuestro país y se instale en nuestras vidas, porque sé que es posible cuando con el amor y el sufrimiento se aúnan las voluntades.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!